Acerca de esta iniciativa
En lo inmediato, es necesario salvar el plinto de la antigua estatua del general Baquedano. Con los años, el plinto se ha vuelto, más que un testimonio, un monumento en sí mismo y se corre el riesgo de que sea barrido bajo el pavimento.
En medio de una década en que venimos de perder la cabeza, el cuerpo del jinete e incluso el caballo, todo en un solo acto, es necesario un debate sobre el arte público, sobre la plaza y el plinto.
El vacío nos llama a la atención. No solo a propósito de una dilatada encrucijada cultural, sino como advertencia permanente del desafío de abordar nuestros conflictos y cultivar nuestra convivencia en el barullo de la paz.
En la ciudad que viene, lo público se opone a lo oculto y a lo meramente funcional, protegiéndonos de los desastres de la confianza en el ocultamiento, el descarte y la inercia. Un monumento no trata sólo con lo que queremos hacer visible en el espacio público, sino también con lo que queremos permanezca vivo entre nosotros.
Sobre el vacío del plinto
Es cosa rara tener un plinto vacío, pero hasta poco a nadie parecía importarle su destino. El progresivo riesgo de extinción de lo que hay en esa plaza concentra mayor atención pública que el vacío exhibido en ella. El plinto vacío se volvió una singularidad que, como obra de arte público, nos invita apreciar el gran cuadro de la historia del país en el marco de nuestra reciente historia político-cultural. El plinto, obra de apoyo, soporte de consagración, queda de pronto desprotegido y él mismo, actor secundario, se transforma en protagonista del espacio público.
Del peso sobre la plaza
Las intervenciones que se han llevado a cabo en el espacio público dentro del marco del proyecto Nueva Alameda han impuesto cambios en el sector «Plaza Italia», con vistas a “transformar este espacio en un lugar que favorezca el tránsito de las personas y nos permita revitalizar los lugares de encuentro y celebración que una ciudad como Santiago se merece”. En este marco, el Consejo de Monumentos Nacionales resolvió retirar el plinto de su actual emplazamiento para restaurarlo y reubicarlo.
En nuestra opinión, atendiendo a los posibles escenarios, el traslado del plinto del monumento es innecesario y compromete la existencia misma de la plaza. Hasta el momento, podemos preveer cuatro desenlaces alternativos para el conflicto:
• que el plinto permanezca vacío en la plaza donde se encuentra, ya sea restaurado o no, con un nuevo diseño de su entorno inmediato o no;
• que el plinto y/o la plaza desaparezcan del actual emplazamiento, dando lugar a distintas propuestas de intervención del espacio público o no.
• que el conjunto escultórico original sea repuesto en la plaza, bien en compañía de otras obras o bien no;
• que en el plinto y/o en la plaza se instale una obra distinta al conjunto escultórico original, ya sea de manera transitoria o permanente.
El desacuerdo que se ha abierto en torno a este asunto no se reduce a un enfrentamiento estético entre el bronce de la estatua y el cemento del plinto. En dicha encrucijada se solapan distintas concepciones del espacio público, chocan posiciones relativas a los límites de la autoridad, se imbrican las capacidades del arte público y el lugar de la iniciativa ciudadana en el diseño de los espacios de nuestra convivencia.
Con el propósito de que esta disyuntiva no se resuelva por vía administrativa de espaldas a quienes hacen uso del espacio público y le dan vida a la ciudad, es decir, los ciudadanos, se ha formado la iniciativa POR EL PLINTO Y LA PLAZA para llamar a un concurso de arte público que busca recoger los mejores proyectos y propuestas en miras a abordar la siguiente pregunta: «¿Qué hacer con el plinto y la plaza?». Esta interrogante involucra reflexionar acerca de los modos de concebir los espacios públicos, así como dedicarse a pensar en los sentidos posibles de los homenajes y monumentos que construyen ciudad. Confiamos en que el resultado de esta instancia de participación ciudadana será un provechoso antecedente para los tomadores de decisión que definirán el destino de este espacio público.
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